La grandiosidad de las construcciones del país compiten con la miseria y la pobreza... ¡Pero vale la pena conocerlo! El Palacio Nacional, inspirado en el arte renacentista, fue construído por orden del dictador Trujillo. No lo demolieron, como hicieron con otras obras suyas, y hoy podemos disfrutar de su belleza muchos años después.
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